Leía hace poco que las mamás chimpancés cargan el cuerpo sin vida de sus hijos durante horas o días. Así viven su proceso hasta que aceptan que están muertos y los dejan.
Últimamente he estado pensando mucho en el tema de la honestidad. ¿Qué pasaría si todos fuéramos honestos siempre? Con nosotros y con los demás. Así nomás, decir la verdad.
Caos.
Me queda claro que no nos educan para recibir la verdad derecha; siempre estamos pensando y asumiendo y viviendo bajo de acuerdo a los protocolos. “¿Qué tal si…?” “Se me hace que…” “Se supone que cuando esto pasa significa que…”
Últimamente he vivido varios procesos y han estado envueltos de honestidad conmigo misma y de honestidad con los demás, principalmente con la gente a la que quiero. Actuar con base en lo que pienso, siento y creo. Decir lo que pienso, siento y creo.
La verdad duele a veces, sí. Pero también te ayuda a crecer. Evolucionar. Sobre todo escucharla (de ti o de los demás).
Yo elijo la honestidad, a pesar de las consecuencias (de cualquier forma todo tiene consecuencias siempre).
¿Ustedes?
2 comments
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October 6, 2014 at 10:57 pm
Luis Rodríguez
Para dar y recibir honestidad se requiere valor y madurez. Sólo así puedes entrar al circulo virtuoso del crecimiento. Fácil de decir, alcanzable por pocos. Un gran objetivo para fijarse.
June 14, 2018 at 4:21 am
Víctima de bullying
Mi honestidad en este momento (y no creo que duela): mi grado de stalker aumenta paulatinamente y… dos palabras que sé que últimamente te provocan algo [ sabes de que hablo 😉 ]