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foto vía zig-zagueando

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De acuerdo a la bióloga Rosie Mestel, lo que las mujeres percibimos como comportamientos negativos por parte de los hombres (mentir, engañar y salir con otras mujeres) es parte de su naturaleza de procrear lo más rápidamente posible.

El deseo de compromiso es otro síntoma que desafía a las leyes de la naturaleza. De acuerdo al psicólogo David Buss de la Universidad de Texas “para siempre es un período muy largo para un hombre”. Las mujeres ovulamos doce veces al año y cada bebe nos requiere una gran inversión de tiempo y energía. Los hombres, por otro lado, tienen millones de espermatozoides, por lo que buscan fecundar a la mayor cantidad de mujeres posible para aumentar las posibilidades de reproducción.

Así es que los hombres buscan por instinto ese momento de reproducción (con una y casi con quien sea). Las mujeres confundimos esto como un deseo de compromiso con nosotras.  En la era paleolítica la gente no se enamoraba, estaban muy ocupados para eso.

Cuando se trata de sexo, las apariencias lo son todo. 0.7 es el radio perfecto que resultante de la división entre la medida de la cintura y la cadera. De acuerdo a Devendra Singh, profesor en la Universidad de Texas, este radio es la ecuación de la lujuria. La lujuria es un estado de salud opuesto al amor que es, por supuesto, un estado de enfermedad mental.  Las mujeres con un radio menor a 0.6 o mayor a 1.0 son inmediatamente rechazadas de la jugada genética, pues los hombres subconscientemente las perciben como enfermas, embarazadas o demasiado viejas para procrear.

Para quien piensa que la falta de belleza física puede reemplazarse con talento, personalidad y encanto, neh-eh. De acuerdo a Randy Thornhill de la Universidad de Nuevo México, cuando se trata de procreación, la belleza lo es todo.

De acuerdo a Buss, a través de los milenios los hombres han desarrollado la labia para engañar a las mujeres, quienes hemos desarrollado detectores de mentiras para contrarrestar este problema. Los hombres saben que una mujer no va a acostarse con él si tiene intenciones de irse después, por lo que mienten. Por eso las mujeres dedican tanto tiempo al “de verdad crees que me ame” con sus amigas. Sin embargo, los hombres han evolucionado para realmente creer las mentiras que están diciendo; es decir, son sinceros en el momento, hasta que logran lo que quieren.

Aun más enfurecedor, de menos para las mujeres, son los resultados de los estudios realizados por Buss sobre la atracción post-coital. Aparentemente, cuando les preguntaron cómo se sentían con respecto a sus parejas después de haber tenido relaciones sexuales, la mayoría de los hombres decían que menos atraídos, mientras que la mayoría de las mujeres contestaron lo opuesto.

Así es que, ¿qué prefieren?¿enamorados enfermos o solos sanos?

Vía ezinearticles

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